viernes, 18 de noviembre de 2011

Tornado

Su cara, su risa. Su risa me mata. Camina dejando una estela de éxtasis y descontrol, una paz inusual. Sus ojos, sus manos, su piel, me invitan primero a viajar y luego a pecar
Evitar, resistir su hechizo de suave adicción. Como si fuera fácil.

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